El final del siglo pasado y los primeros años de este siglo han estado marcados por una profunda revolución que ha conducido a lo que se conoce como la creación de la “Sociedad Digital”. También denominada Tercer Entorno, la sociedad digital es un nuevo modo de vida mediado tecnológicamente (e-Administration, e-Governmet, e-Commerce, e-Working, e-Health, e-learning, etc.) equiparable en importancia a las transformaciones producidas desde que el ser humano deja de ser nómada (primer entorno) y forma los primeros asentamientos urbanos (segundo entorno).
Desde que Marshall MacLuhan propusiera la metáfora de la aldea global, han sido numerosos los autores que han analizado el fenómeno de la creación de un nuevo espacio digital de socialización y actividad humana, que tiende a extenderse cada vez más en todo el planeta: el filósofo Javier Echeverría propuso la idea de Telépolis refiriéndose a la nueva ciudad digital que suponía el “Tercer Entorno” de vida humana; Negroponte equiparó metafóricamente el átomo de la vida física con el bit de la vida digital y Manuel Castells se refiere a la Galaxia Internet y la Sociedad Red para indicar la trascendencia de la revolución digital con la revolución industrial.
Este nuevo mundo digital tiene su correspondiente virtualización o traslación de servicios y espacios a Internet. Todos los gobiernos, instituciones públicas y privadas, entidades sociales, etc., son conscientes de la necesidad de tener presencia en el Tercer Entorno y así se demuestra en las políticas internacionales en los últimos años.
La ciudadanía del siglo XXI va a necesitar alfabetizarse digitalmente para ser partícipe de la cultura de su época. La educación 2.0 y el aprendizaje digital son los vehículos que van a convertirles en personas críticas y responsables ante los acontecimientos que les rodean. Las redes sociales se están convirtiendo en la estructura de participación de Internet y el aprendizaje digital capacita a los individuos para dicha participación.